El avance tecnológico de los últimos años ha llevado a los bancos a afrontar nuevos retos. En su camino por adaptarse a la complejidad actual, desarrollar nuevas tecnologías y generar una imagen más atractiva, la banca se está repensando a la luz de la analítica.
Mientras que el sector bancario se ve amenazado por las nuevas tecnologías, la analítica se ha convertido en una herramienta fundamental para conocer y organizar la data, y así generar nuevas estrategias.
El costo de mantener abierta una sucursal bancaria cuando los avances tecnológicos han llevado a que la mayoría de las operaciones puedan ser realizadas por Internet, ha hecho que muchos bancos se replanteen el sentido de seguir o no con una red de oficinas. Sin embargo, muchas entidades han decidido conservar este lineamiento tradicional, preferido por los usuarios que quieren seguir con un contacto directo con sus representantes, y empezar a implementar innovaciones y conceptos en donde la atención al cliente siga siendo la principal necesidad que buscan satisfacer.
No es un secreto que los bancos dejaron de ser el centro del mundo financiero desde la crisis de 2008, cuando se hicieron malos manejos en préstamos y créditos, aumentando los niveles de riesgo y disminuyendo los de rentabilidad. Mientras este sector intentaba mantener su reputación, el mundo no se quedó quieto y fue ahí cuando empezaron a aparecer competidores como las famosas Fintech y los Neobancos. Estos jugadores, poco a poco, se han consolidado como una nueva generación de ecosistemas digitales.
“A raíz de estos competidores y de la evolución tecnológica a la que el sector se ve sujeto, los bancos entendieron la necesidad de incorporar sistemas de analítica, de big data y de Internet de las Cosas en sus operaciones. A través de los sistemas de SAS, la banca puede, entre muchas otras cosas, visualizar datos para tomar decisiones basadas en hechos, segmentar sus clientes para entregar ofertas más competitivas, incorporar canales de forma holística para la optimización de campañas, y mejorar los tiempos de operación para el análisis de información y la toma de decisiones ejecutivas”, asegura Olga Lucia Baquero, Sales Manager de SAS Colombia.
Es así como en medio de su búsqueda por captar nuevos modelos de negocio, desarrollar nuevas tecnologías, actualizar su cultura corporativa, desarrollar una imagen más atractiva y, en general, adaptarse a la complejidad actual, el sector de la banca está empezando a implementar modelos de innovación analítica, así como centros o laboratorios de prueba y error; modelos de emprendimiento corporativo como el Corporate Venturing, que funciona como hilo de conexión entre las empresas y las startups; y laboratorios colaborativos de innovación transversal, en donde se juntan bancos de todo el mundo para comenzar a entender los diferentes tipos de tecnología a los que se deben enfrentar.
En el marco de la 4ta Convención Latinoamericana de Analítica, Julio José Prado, presidente ejecutivo de Asobanca Ecuador, explicó que en el mundo de los negocios la banca y la data siguen utilizando el paradigma de la revolución industrial del siglo XVIII y XIX, que es lineal. Y para resolver los problemas de este ecosistema digital, se necesita conocer y hacer uso del paradigma de la complejidad. “Si se conoce la causa, se puede saber cuál es el efecto. Los pequeños cambios terminan generando grandes efectos, y por eso es necesario empezar a entender la data”, afirmó.
Todo esto haría pensar que las oficinas van a desaparecer por completo. Pero por ser puntos de encuentro clave entre el cliente y la entidad, sumado a la dificultad de muchos para operar por internet, este es un panorama que se sigue viendo lejano. La reducción de las sucursales bancarias tiene que ver, entre muchos otros factores, con el cambio en los hábitos y la demanda de los clientes.
Cuando se crearon los cajeros se creyó que los bancos iban a desaparecer, pero eso no ha pasado. Hoy, con los avances tecnológicos, la banca no va a desaparecer, se va a renovar.